Los lunes es un día muerto para los
museos. Descansan de sus visitas del fin de semana, sobre todo de las hordas de
gente que entran los domingos de entrada gratis. ¿O no? Más sería la sorpresa de que aún una exposición de fotos
del periodista Carlos Sánchez que se exhibe en la Plaza Bicentenario, permanece
cerrada los lunes.
Ahora nos
dirigimos al Museo de la Universidad de Sonora, el cual cierra religiosamente a
las 5 de la tarde. Llegamos a las 4:56, ya no pudimos ingresar. El guardia nos
informa que sólo está abierta la sala de exposiciones al costado del
museo.
La entrada
parece escondida y hasta olvidada. Ahí se exhibe el “Colectivo de Fotografía de
Patrimonio Cultural” desde diciembre de 2010 hasta el 28 de febrero de este año.
La sala es sobria con su piso y techo negro y sus paredes blancas. Sólo algunas
de las fotografías en su marco marialuisa están iluminadas por luces spotlight.
Las primeras
fotografías son de Alejandra Platt, que muestra una serie de los pueblos seris,
pimas y pápagos, tomadas en 1994. Son en blanco y negro, con retratos de
personas de la etnia en sus trabajo cotidiano: mujeres lavando en el río, en la
cocina y hombres trabajando la tierra. Salta a la vista la cercanía de la
autora con la etnia y la confianza que tuvo que haber desarrollado para lograr
estos retratos.
Las siguientes
son de Helga Herrera, con dos fotografías: “Cabalgando”, un pequeño caballo con
su jinete de madera rodeado de pequeñas sandía de madera y “Muñeca”, una muñeca
de trapo artesanal con un vestido regional tradicional y unas rosas en un
jarrón de fondo. Los colores son opacos y deslavados, con un aire más
nostálgico que infantil.
La siguiente
veintena de fotografías tiene una línea temática parecida, en la que se
muestran lugares antiguos, icónicos u olvidados de pequeños pedazos de Sonora.
Molinos consumiéndose por la tierra y el sol, fachadas de iglesias conservadas
en los pueblos, la antigua Rectoría de la UNISON, ahora Facultad de Letras y
Filosofía y edificios derrumbándose en la soledad del centro de Hermosillo.
Todas estas fotografías no tienen ficha técnica y no están firmadas , aunque
por la técnica se puede ver que no es sólo uno, sino varios autores.
La colección es
interesante, pero uno puede terminar de verla rápidamente, no son fotografías
que impacten al visitante o paisajes totalmente desconocidos para el visitante
local. Incluso las fotografías con sus marcos se ven deslucidas y sin vida,
pareciera que estaban guardados en una bodega y fueron sacados a la luz para
llenar la sala vacía.
Según la
encargada del lugar, la exposición es visitada en su mayoría por los
estudiantes de la UNISON y grupos escolares en la mañana. El libro de visitas
en su escritorio también nos dice que es muy poca la afluencia de personas. La
difusión de ella está, según su conocimiento, solamente en Radio Universidad,
pero fuera de eso es prácticamente inexistente.
El “Colectivo de
Fotografía de Patrimonio Cultural” termina a fin de este mes y se espera que
para marzo ya exista alguna otra muestra de arte.
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