domingo, 19 de febrero de 2012


Los lunes es un día muerto para los museos. Descansan de sus visitas del fin de semana, sobre todo de las hordas de gente que entran los domingos de entrada gratis. ¿O no? Más sería la sorpresa de que aún una exposición de fotos del periodista Carlos Sánchez que se exhibe en la Plaza Bicentenario, permanece cerrada los lunes.
Ahora nos dirigimos al Museo de la Universidad de Sonora, el cual cierra religiosamente a las 5 de la tarde. Llegamos a las 4:56, ya no pudimos ingresar. El guardia nos informa que sólo está abierta la sala de exposiciones al costado del museo. 
La entrada parece escondida y hasta olvidada. Ahí se exhibe el “Colectivo de Fotografía de Patrimonio Cultural” desde diciembre de 2010 hasta el 28 de febrero de este año. La sala es sobria con su piso y techo negro y sus paredes blancas. Sólo algunas de las fotografías en su marco marialuisa están iluminadas por luces spotlight.
Las primeras fotografías son de Alejandra Platt, que muestra una serie de los pueblos seris, pimas y pápagos, tomadas en 1994. Son en blanco y negro, con retratos de personas de la etnia en sus trabajo cotidiano: mujeres lavando en el río, en la cocina y hombres trabajando la tierra. Salta a la vista la cercanía de la autora con la etnia y la confianza que tuvo que haber desarrollado para lograr estos retratos.
Las siguientes son de Helga Herrera, con dos fotografías: “Cabalgando”, un pequeño caballo con su jinete de madera rodeado de pequeñas sandía de madera y “Muñeca”, una muñeca de trapo artesanal con un vestido regional tradicional y unas rosas en un jarrón de fondo. Los colores son opacos y deslavados, con un aire más nostálgico que infantil.

La siguiente veintena de fotografías tiene una línea temática parecida, en la que se muestran lugares antiguos, icónicos u olvidados de pequeños pedazos de Sonora. Molinos consumiéndose por la tierra y el sol, fachadas de iglesias conservadas en los pueblos, la antigua Rectoría de la UNISON, ahora Facultad de Letras y Filosofía y edificios derrumbándose en la soledad del centro de Hermosillo. Todas estas fotografías no tienen ficha técnica y no están firmadas , aunque por la técnica se puede ver que no es sólo uno, sino varios autores.
La colección es interesante, pero uno puede terminar de verla rápidamente, no son fotografías que impacten al visitante o paisajes totalmente desconocidos para el visitante local. Incluso las fotografías con sus marcos se ven deslucidas y sin vida, pareciera que estaban guardados en una bodega y fueron sacados a la luz para llenar la sala vacía.
Según la encargada del lugar, la exposición es visitada en su mayoría por los estudiantes de la UNISON y grupos escolares en la mañana. El libro de visitas en su escritorio también nos dice que es muy poca la afluencia de personas. La difusión de ella está, según su conocimiento, solamente en Radio Universidad, pero fuera de eso es prácticamente inexistente.
El “Colectivo de Fotografía de Patrimonio Cultural” termina a fin de este mes y se espera que para marzo ya exista alguna otra muestra de arte. 

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